El Ministerio de Cultura concedió el Premio Nacional de Circo en el año 2009 a la familia Popey[1]. Este acontecimiento nos hizo recordar al célebre payaso isleño José Carrasco González, "El Gran Popey" (1926-1982), patriarca de esta familia. Su hijo y sus nietos constituyen esta estirpe de artistas de circo, de segunda y tercera generación, conocidos y apreciados en todos los ámbitos circenses. Ellos fueron los merecedores, por su vocación, dedicación y profesionalidad, al referido Premio Nacional de Circo.
La dimensión artística y la celebridad que alcanzó El Gran Popey, que es quien nos ocupa en este artículo, van mucho más allá de lo que pueda decirse aquí, pero sirva al menos para recuperar la memoria de José Carrasco González, el ilustre payaso isleño; sí, ilustre porque su nombre, junto al de Isla Cristina han quedado impresos en las páginas de la Historia del Circo en España.
José Carrasco González nació en Isla Cristina en el año 1926, aunque tras consultar el padrón municipal de habitantes de 31 de diciembre de 1930, hemos comprobado que dice haber nacido un año antes. En el referido documento se constata la residencia de toda la familia en la calle del Norte, número 66, hoy denominada Jesús del Gran Poder, correspondiendo el número de gobierno de su casa el 86. José Carrasco era hijo de Diego Carrasco Martín, natural de La Redondela pero criado en nuestra ciudad desde los diez años de edad y de profesión jornalero; eso no quita que llegara a ser durante algún tiempo el conserje del Pósito Marítimo Pesquero de nuestra ciudad. Su madre, que era isleña, se llamaba Engracia González Fragoso. En el domicilio vivían también su hermana Enriqueta, dos años menor que él y su hermano Diego, recién nacido en 1930, que también llegaría a convertirse en payaso. El matrimonio tuvo otro hijo, llamado José Luís[2].
Desde la infancia, José Carrasco González ya mostró su inconfundible vocación y capacidad artística para hacer reír transmitir alegría a los demás: mojigangas, carantoñas y simpatía singular que exhibía cuando congregaba a la chiquillería a su alrededor y les hacía demostraciones de cómo tocar el saxofón sin tener el instrumento en las manos y otras parodias circenses de parecidas intenciones[3]. A los 14 años, José Carrasco se marchó de casa buscando la manera de desarrollar su faceta artística enrolándose en un circo ambulante. Sus cualidades hicieron que pronto alcanzara enorme fama en el “mayor espectáculo del mundo”.
Fue durante la posguerra civil española, cuando nace el payaso Popey, en una época necesitada de excusas para la evasión de la realidad. Sin televisión -salvando el teatro- la instalación de una carpa de circo en cualquier pueblo o ciudad de España era un acontecimiento esperado con ilusión por niños y mayores.
Las primeras noticias de sobre nuestro personaje las encontramos en 1953 y tratan de una actuación del Circo Americano en Sevilla donde el dúo Pery y Popey había obtenido el elogio del cronista[4]. A los 23 años José Carrasco era un artista consagrado cuya popularidad seguía al alza.
Poco después, en 1955 el periódico El Mundo Deportivo ya recogía la entrega de una distinción durante la velada “de exaltación del artistas de circo” al dúo “Pery y Popey”[5]. Pery era un payaso nacido en Madrid, llamado Pedro Ortega. Ambos actuaban en el Circo Americano, donde dominaban el espectáculo de payasos musicales tocando el violín, saxofón, trombón, guitarra y concertina, según recogió el periódico citado[6]. Popey hacía siempre del payaso augusto, el de los zapatones, la nariz roja y aspecto desaliñado que interpretaba el papel de tonto. El carablanca o clown desempañaba el papel de listo dentro de la parodia.
En 1958 con motivo de la Feria de Abril de Sevilla, donde se encontraba instalado el circo Americano, Popey giró visita a Isla Cristina. Aquí se llegó a la Imprenta Bautista para saludar al director del semanario La Higuerita quien le haría un breve artículo correspondiendo al saludo[7]. La fama le precedía tras su éxito en los circos Price de Madrid, Circo Alemán, Circo Americano, Circo Monumental, etc. Pocos meses después, en agosto de 1958, José Carrasco contrajo matrimonio en Málaga con la ecijana Teresa Paredes. De este matrimonio nacería un hijo único, José, quien más tarde heredaría la vocación paterna y el nombre artístico.
En aquellos años, al menos desde 1952, el dúo Pery y Popey había permanecido unido. Alguna separación temporal había provocado que se volvieran a reunir en la década de 1960 permaneciendo juntos al menos hasta 1970. Así lo recogió el diario La Vanguardia que entre grandes elogios destacaba la personalidad artística de Popey “agudo y lúcido en privado, según corresponde a un buen andaluz, en la pista compone un tipo ingenuo y torpe, con salidas infantiles e inocentes” como era de esperar de una parodia entre el carablanca y el augusto, la tradicional estampa del payaso circense. En 1962 constatamos una actuación en el circo Price de Madrid formando dúo Popey con Rubians el clown internacional dentro del Festival Mundial del Circo[8]. Lo volverían a repetir al menos en 1965. Estas intervenciones se repetirían algunos años más adelante[9].
Por fin, en 1971 le llegaría a Popey un importante reconocimiento oficial a tan brillante carrera. El Ministerio de Información y Turismo otorgó los anuales Premios Nacionales de Teatro correspondientes a la temporada 70-71, concediendo los de interpretación circense a “Emilio y José Víctor Aragón -Pompoff y Thedy- así como a Pedro Ortega y José Carrasco –Pery y Popey-“ según anunció la prensa[10].
Popey continuó en activo hasta su fallecimiento, que sobrevino en Barcelona durante el verano de 1982 debido a un cáncer de estómago[11]. Contaba sólo 56 años de edad, así lo recogió la edición nacional del diario ABC. El mimo diario lo recordaría meses después, elogiando su carrera y su personalidad singular: “El gracejo de Popey respondía a la tierra en que nació […] payaso de gran ternura, con gran capacidad para compenetrarse con el público, que llegó a quererle y admirarle con profunda simpatía”[12]. Según fuentes periodísticas, ese mismo año de 1982 José Carrasco González fue galardonado con el Premio Nacional de Circo.
Su único hijo, José Carrasco Paredes, que había seguido los pasos de su padre desde los 17 años, adoptó el nombre de Popey Junior al fallecimiento de este continuando su actividad circense como presentador y pareja de payasos en los principales circos de España: Circo Atlas, Circo de Ángel Cristo, Circo Mundial, Circo Cardenal, Circo América, Circo Teresa Rabal Circo Holiday, Circo Americano, entre otros. Popey Junior casó con Remedios Rico, de afamada familia circense, formando así con sus descendientes “La Familia Popey”. Sus hijos, José (1988) mago y carablanca; Jonathan (1989) y Johnny Rico, malabarista y augusto; y la más joven, Desiré (1992) sintieron desde niños la llamada del circo y compartieron los estudios con ensayos y prácticas en diferentes disciplinas, siendo actualmente artistas consagrados en diferentes artes circenses, y formando junto a sus padres un moderno y a la vez clásico quinteto de payasos, que ha recuperado el arte de los payasos parodistas musicales, casi extinguido en España[13].
Estos hijos y nietos del isleño José Carrasco González "El Gran Popey" constituyen hoy esta saga de artistas de circo, de segunda y tercera generación, conocidos y apreciados en todos los ámbitos circenses.
[1] BOE del 1 de febrero de 2010.
[2] Sus hermanos Diego y José Luís también se dedicaron al mundo del Circo. En la actualidad el primero vive en Toronto (Canadá) y el segundo en Barcelona.
[3] Tres casas antes de la de José Carrasco vivía un niño de su misma edad, Diego Acosta Columé. Don diego nos informa que compartió juegos y travesuras de chiquillos con José Carrasco y nos confirma su vocación artística desde niño.
[4] ABC de Sevilla de 22 de abril de 1953.
[5] El Mundo Deportivo del 19 de junio de 1955
[6] El Mundo Deportivo del 31 de noviembre de 1955.
[7] La Higuerita del 14 de abril de 1958.
[8] ABC del 6 de febrero de 1962.
[9] La Vanguardia del 3 de noviembre de 1967 y ABC de Sevilla del 25 de abril de 1976.
[10] ABC de Madrid del 31 de diciembre de 1971.
[11] ABC de Madrid del 29 de agosto de 1982.
[12] ABC de Madrid del 29 de diciembre de 1982. “La muerte de tres payasos” artículo de José Mario Armero.
[13] Zirkolika, Revista de las Artes Circenses, Barcelona, invierno de 2009.
La dimensión artística y la celebridad que alcanzó El Gran Popey, que es quien nos ocupa en este artículo, van mucho más allá de lo que pueda decirse aquí, pero sirva al menos para recuperar la memoria de José Carrasco González, el ilustre payaso isleño; sí, ilustre porque su nombre, junto al de Isla Cristina han quedado impresos en las páginas de la Historia del Circo en España.
José Carrasco González nació en Isla Cristina en el año 1926, aunque tras consultar el padrón municipal de habitantes de 31 de diciembre de 1930, hemos comprobado que dice haber nacido un año antes. En el referido documento se constata la residencia de toda la familia en la calle del Norte, número 66, hoy denominada Jesús del Gran Poder, correspondiendo el número de gobierno de su casa el 86. José Carrasco era hijo de Diego Carrasco Martín, natural de La Redondela pero criado en nuestra ciudad desde los diez años de edad y de profesión jornalero; eso no quita que llegara a ser durante algún tiempo el conserje del Pósito Marítimo Pesquero de nuestra ciudad. Su madre, que era isleña, se llamaba Engracia González Fragoso. En el domicilio vivían también su hermana Enriqueta, dos años menor que él y su hermano Diego, recién nacido en 1930, que también llegaría a convertirse en payaso. El matrimonio tuvo otro hijo, llamado José Luís[2].
Desde la infancia, José Carrasco González ya mostró su inconfundible vocación y capacidad artística para hacer reír transmitir alegría a los demás: mojigangas, carantoñas y simpatía singular que exhibía cuando congregaba a la chiquillería a su alrededor y les hacía demostraciones de cómo tocar el saxofón sin tener el instrumento en las manos y otras parodias circenses de parecidas intenciones[3]. A los 14 años, José Carrasco se marchó de casa buscando la manera de desarrollar su faceta artística enrolándose en un circo ambulante. Sus cualidades hicieron que pronto alcanzara enorme fama en el “mayor espectáculo del mundo”.
Fue durante la posguerra civil española, cuando nace el payaso Popey, en una época necesitada de excusas para la evasión de la realidad. Sin televisión -salvando el teatro- la instalación de una carpa de circo en cualquier pueblo o ciudad de España era un acontecimiento esperado con ilusión por niños y mayores.
Las primeras noticias de sobre nuestro personaje las encontramos en 1953 y tratan de una actuación del Circo Americano en Sevilla donde el dúo Pery y Popey había obtenido el elogio del cronista[4]. A los 23 años José Carrasco era un artista consagrado cuya popularidad seguía al alza.
Poco después, en 1955 el periódico El Mundo Deportivo ya recogía la entrega de una distinción durante la velada “de exaltación del artistas de circo” al dúo “Pery y Popey”[5]. Pery era un payaso nacido en Madrid, llamado Pedro Ortega. Ambos actuaban en el Circo Americano, donde dominaban el espectáculo de payasos musicales tocando el violín, saxofón, trombón, guitarra y concertina, según recogió el periódico citado[6]. Popey hacía siempre del payaso augusto, el de los zapatones, la nariz roja y aspecto desaliñado que interpretaba el papel de tonto. El carablanca o clown desempañaba el papel de listo dentro de la parodia.
En 1958 con motivo de la Feria de Abril de Sevilla, donde se encontraba instalado el circo Americano, Popey giró visita a Isla Cristina. Aquí se llegó a la Imprenta Bautista para saludar al director del semanario La Higuerita quien le haría un breve artículo correspondiendo al saludo[7]. La fama le precedía tras su éxito en los circos Price de Madrid, Circo Alemán, Circo Americano, Circo Monumental, etc. Pocos meses después, en agosto de 1958, José Carrasco contrajo matrimonio en Málaga con la ecijana Teresa Paredes. De este matrimonio nacería un hijo único, José, quien más tarde heredaría la vocación paterna y el nombre artístico.
En aquellos años, al menos desde 1952, el dúo Pery y Popey había permanecido unido. Alguna separación temporal había provocado que se volvieran a reunir en la década de 1960 permaneciendo juntos al menos hasta 1970. Así lo recogió el diario La Vanguardia que entre grandes elogios destacaba la personalidad artística de Popey “agudo y lúcido en privado, según corresponde a un buen andaluz, en la pista compone un tipo ingenuo y torpe, con salidas infantiles e inocentes” como era de esperar de una parodia entre el carablanca y el augusto, la tradicional estampa del payaso circense. En 1962 constatamos una actuación en el circo Price de Madrid formando dúo Popey con Rubians el clown internacional dentro del Festival Mundial del Circo[8]. Lo volverían a repetir al menos en 1965. Estas intervenciones se repetirían algunos años más adelante[9].
Por fin, en 1971 le llegaría a Popey un importante reconocimiento oficial a tan brillante carrera. El Ministerio de Información y Turismo otorgó los anuales Premios Nacionales de Teatro correspondientes a la temporada 70-71, concediendo los de interpretación circense a “Emilio y José Víctor Aragón -Pompoff y Thedy- así como a Pedro Ortega y José Carrasco –Pery y Popey-“ según anunció la prensa[10].
Popey continuó en activo hasta su fallecimiento, que sobrevino en Barcelona durante el verano de 1982 debido a un cáncer de estómago[11]. Contaba sólo 56 años de edad, así lo recogió la edición nacional del diario ABC. El mimo diario lo recordaría meses después, elogiando su carrera y su personalidad singular: “El gracejo de Popey respondía a la tierra en que nació […] payaso de gran ternura, con gran capacidad para compenetrarse con el público, que llegó a quererle y admirarle con profunda simpatía”[12]. Según fuentes periodísticas, ese mismo año de 1982 José Carrasco González fue galardonado con el Premio Nacional de Circo.
Su único hijo, José Carrasco Paredes, que había seguido los pasos de su padre desde los 17 años, adoptó el nombre de Popey Junior al fallecimiento de este continuando su actividad circense como presentador y pareja de payasos en los principales circos de España: Circo Atlas, Circo de Ángel Cristo, Circo Mundial, Circo Cardenal, Circo América, Circo Teresa Rabal Circo Holiday, Circo Americano, entre otros. Popey Junior casó con Remedios Rico, de afamada familia circense, formando así con sus descendientes “La Familia Popey”. Sus hijos, José (1988) mago y carablanca; Jonathan (1989) y Johnny Rico, malabarista y augusto; y la más joven, Desiré (1992) sintieron desde niños la llamada del circo y compartieron los estudios con ensayos y prácticas en diferentes disciplinas, siendo actualmente artistas consagrados en diferentes artes circenses, y formando junto a sus padres un moderno y a la vez clásico quinteto de payasos, que ha recuperado el arte de los payasos parodistas musicales, casi extinguido en España[13].
Estos hijos y nietos del isleño José Carrasco González "El Gran Popey" constituyen hoy esta saga de artistas de circo, de segunda y tercera generación, conocidos y apreciados en todos los ámbitos circenses.
[1] BOE del 1 de febrero de 2010.
[2] Sus hermanos Diego y José Luís también se dedicaron al mundo del Circo. En la actualidad el primero vive en Toronto (Canadá) y el segundo en Barcelona.
[3] Tres casas antes de la de José Carrasco vivía un niño de su misma edad, Diego Acosta Columé. Don diego nos informa que compartió juegos y travesuras de chiquillos con José Carrasco y nos confirma su vocación artística desde niño.
[4] ABC de Sevilla de 22 de abril de 1953.
[5] El Mundo Deportivo del 19 de junio de 1955
[6] El Mundo Deportivo del 31 de noviembre de 1955.
[7] La Higuerita del 14 de abril de 1958.
[8] ABC del 6 de febrero de 1962.
[9] La Vanguardia del 3 de noviembre de 1967 y ABC de Sevilla del 25 de abril de 1976.
[10] ABC de Madrid del 31 de diciembre de 1971.
[11] ABC de Madrid del 29 de agosto de 1982.
[12] ABC de Madrid del 29 de diciembre de 1982. “La muerte de tres payasos” artículo de José Mario Armero.
[13] Zirkolika, Revista de las Artes Circenses, Barcelona, invierno de 2009.
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