Ramón Martínez, director y componente de "Los viajantes de la crema Sam", 1932 (fotografía cedida por Victoria E. Gómez Martínez)
Componentes de la agrupación "Los pollos pera", 1928 (fotografía cedida por Victoria E. Gómez Martínez)
Coro: Camareros neoyorkinos, 1934
En trabajos anteriores ha quedado demostrado fehacientemente que los Carnavales de Isla Cristina comenzaron a celebrarse desde la época fundacional de la ciudad. Consecuentemente, no ha resultado dificil demostrar el arraigo y la continuidad de estas celebraciones, en particular siguiendo la documenación municipal a través de los bandos y ordenanzas que se redactaron desde 1832 en que aparecen fechadas las primeras normas que se conservan hasta el primer tercio del siglo XX[1].
Aquellos Carnavales del Ochocientos eran todavía y en gran medida rituales primarios, en ocasiones violentos: los comportamientos desagradables obligaban a las autoridades a dictar normas para reprimirlas y a emitir bandos cada año recordando lo legislado. La burla tosca tocaba lo físico con prácticas tan arraigadas como el arrojo a los viandantes de aguas fecales y saquillos rellenos con polvos y materias fétidas. Aún a finales del siglo, la prensa de la capital publicaba esta “joya” referida a las celebraciones de Huelva[2]:
“Las fiestas del Carnaval, como todas aquellas diversiones que entra por medio el vino, y más éstas, que tienen por auxiliares la careta y el disfraz, son muy apropósito para las personas de temperamento excitable y ardiente, y sobre todo si no tienen por freno los principios de una sana educación y de una regular instrucción, y las gentes de mal vivir cometan todo tipo de desmanes...”.
Durante el último tercio del siglo XIX el Carnaval isleño experimentó una gran evolución, al mismo tiempo que comienzó a civilizarse, a refinarse: nació el Carnaval de Salón (los bailes de disfraces) y afloró el Carnaval de Teatro como espectáculo ofreciendo un espacio para la participación de agrupaciones musico-vocales bien estructuradas: Coros, Comparsas y Murgas dejaron a un lado a las arcaicas mojigangas. En esta etapa, el Carnaval se “europeíza”, le nace al amor por la música, por la belleza de los vestuarios, adora la originalidad y cultiva lo artístico de la expresión sin apartarse de lo genuino de las Carnestolendas, que es la fiesta de la Libertad.
Estos cambios se hacieron palpables ya en el año 1909 cuando el Ayuntamiento de Isla Cristina introdujo en el acostumbrado Bando de Carnaval[3] nuevas prohibiciones añadidas a las que se venían publicando desde años anteriores. Según lo anunciado quedaba prohibido lo siguiente:
Primero: el uso de todo disfraz indecoroso a los hombres que vistiendo de mujer, hagan alarde con su indumentaria y ademanes, de conceptos degradantes o contrarios a la dignidad el sexo.
Segundo: se prohíbe el uso de toda clase de armas u otros objetos que causen molestias o perjuicios al público.
Tercero: también se prohíbe arrojar aguas, harinas, cenizas o cualquier otro objeto con materias o sustancias que puedan causar molestias o daños; así como la venta de papelillos envueltos en cartuchos o en cualquier cuerpo duro.
Cuarto: queda prohibido en absoluto el uso de caretas dentro de las tabernas, cafés y establecimientos públicos, cuyos dueños serán responsables en primer término de la falta de cumplimiento de esta disposición, sin perjuicio de la en que incurra el infractor.
Quinto: se prohíben igualmente las canciones y bailes contrarios a los principios de la más severa moral.
Sexto: las comparsas y estudiantinas no podrán cantar más canciones, que las que expresamente autorice esta alcaldía, a cuyo fin los directores o encargados de aquéllas, quedan obligados a poner en conocimiento de mi autoridad por escrito y bajo firma, antes del día 21 del corriente, la letra de dichas canciones.
Lo verdaderamente novedoso de la norma radica en el punto sexto, donde se menciona por primera vez a las comparsas y estudiantinas, a sus directores, canciones y letras. Consecuencia inmediata de lo referido aparecen los primeros cancioneros impresos que se conservan: el más antiguo, de 1910, cantado por la comparsa “Los Héroes de la Campaña” y el segundo, del Carnaval de 1911, interpretado por “Los Faramallas del Día”.
En aquella altura del siglo, el Carnaval musical de Isla Cristina estaba muy consolidado. En febreo de 1911 el corresponsal isleño del periódico La Provinica enviaba una nota de prensa en la que decía: “Carnaval.- Hay mucha animación este año, viéndose ya las calles completamente invadidas de máscaras y comparsas, todas las noches. Se preparan los salones del Círculo La Unión y del Salón Victoria, para celebrar grandes bailes”.
En los primeros años del siglo aún era corriente la utilización del término “comparsa” para referirse de manera genérica a una agrupación musico-vocal, bien fuera de Carnaval o de campanilleros navideños; poco más o menos eso ocurría cuando se referían a una “estudiantina”. La documentación que hemos podido estudiar referida al Carnaval de Isla Cristina entre los años 1910 y 1936 diferencia el concepto de Coro, Comparsa, Murga y Cuarteto, sin que jamás aparezca escrito el término “chirigota”. Hay que hacer notar que la Chirigota, término propio de Cádiz, es una agrupación equivalente a la Murga del resto de Andalucía, con las diferencias propias de cada lugar y cada época. En Cádiz, la Comparsa actual nace con mucho atraso con respecto a la de Isla Cristina, pues fue en 1960 cuando el Jurado Oficial del concurso gaditado decidió excindir esta modalidad de la Chirigota debido al grado de afinación y calidad alcanzado por algunas agrupaciones, en particular por las que dirigía Paco Alba[4]. Al hilo de estas conclusiones conviene aclarar que el Carnaval de Isla Cristina nace de otra madre y transcurre por caminos distintos del gaditano; como ejemplo, a parte del propio léxico, basta recordad que en Cádiz no se celebra ni se tienen noticias del Entierro de la Sardina, celebración del Miércoles de Ceniza que tanta tradición tiene en Isla Cristina.
Sin embargo, sí existen elementos comunes a la Comparsa, la Murga y el Coro que trascienden fronteras y épocas. En todos los casos estas agrupaciones visten disfraz, se relacionan de manera directa con el contexto histórico, sus textos cantados o recitados se refieren a los hechos más notables acontecidos en su entorno y sus rasgos diferenciadores son la sátira y una manera predefinida de representación. Es un modo de expresión ligado al lenguaje popular con una vena de rebeldía y de romanticismo. Por sus letras pasean hechos y personajes conocidos hechos públicos en otros medios, destacando lo jocoso, lo insólito, procurando la hilaridad, sin dudar en mostrar lo más duro y la cruel crítica si llega el caso. La protesta de las letras es enérgica. La música que acompaña a los textos puede ser popular, original e inédita, pero siempre ajustada a códigos estrictos y regulados.
No nos detendremos en este trabajo para estudiar la evolución de las viejas agrupaciones carnavalescas de Isla Cristina hasta las formas actuales de representación: músicas, letras, indumentaria, escenografía, etc., puesto que forma parte del trabajo, parcialmente editado, que Francisco González Salgado nos ofreció hace unos años en su obra pionera “Carnaval de antaño”[5]. Sí conviene reseñar como muestra del nivel alcanzado por algunas agrupaciones de Isla Cristina la participación directa de profesionales de la música y artistas del escenario. Son destacables los casos de José Noya Frigolet, director de la Banda de Música creada en 1900 y de Francisco Cervantes de la Vega, profesor, organista de la iglesia y director de la Filarmónica Isleña fundada en 1916. Músicos instrumentistas como Benito Arroyo Márquez reforzaron la calidad musical del Carnaval con el empleo de violines, laudes, mandolinas y guitarras. El dominio de la escena teatral tampoco suponía ningún esfurezo para los carnavaleros de antaño, como ejemplo pondremos a Hilario Flores, gran letrista, que se convertiría en la década de 1920 en artista profesional y a Ramón Martínez, actor teatral que no decidió profesionalizarse. Algunos autores iletrados, no obstante, alcanzaron también gran notoriedad.
En la época que estamos tratando, la actuación de las agrupaciones en el marco de un teatro era tradicional desde el siglo XIX; no sabemos con exactitud cuando comenzó el concurso en forma de competición. En 1916 ya concursaron tres comparsas y dos murgas en el primitivo Salón Victoria. En 1923 de nuevo tenemos noticias del concurso de agrupaciones, con la participación este año del Coro “Marineros del Laya”, compuesto por cuarenta muchachos y seis muchachas. En 1928, la empresa del teatro Victoria, siguiendo la costumbre establecida anunció la celebración del concurso de agrupaciones indicando que podían “contender los pueblos comarcanos con los locales y ellos entre si”. Se fijaron dos premios; el primero consistente en el 25% de la entrada bruta y el segundo en el 15%. A la semana siguientes se ampliaba la información en la prensa, indicando que el concurso podían contener, como venía siendo costumbre, “Comparsas, Coros y Murgas”.[6] .
Los años más fértiles del Carnaval de Isla Cristina se sucedieron como consecuencia de la crisis sardinera sufrida entre 1928 y 1936. El desempleo proporcionaba el tiempo de ocio necesario y los isleños le ponían “al mal tiempo buena cara”. De manera más notable a partir de 1931, durante la II República, hasta la prohibición de 1937. Hasta el final de esta etapa se han podido constatar la participación de agrupaciones provenientes de Cádiz, Sevilla, Puerto de Santa María, Ayamonte, Lepe, Villablanca e incluso de Villa Real de San Antonio y La Fuzeta, en Portugal[7].
Como conclusión de este trabajo, añadimos a modo de aportación pionera, una relación de agrupaciones, con expresión de sus directores, letristas y músicos cuando la fuente documental lo recoge. Nos queda el convencimiento de que habrá que completar esta relación con los nuevos aportes que nos arrojen futuras investigaciones.
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN DE LAS FOTOGRAFÍAS Y DEL TEXTO, SALVO AUTORIZACIÓN EXPRESA Y SEAN CITADO AUTORES Y PROCEDENCIA
En trabajos anteriores ha quedado demostrado fehacientemente que los Carnavales de Isla Cristina comenzaron a celebrarse desde la época fundacional de la ciudad. Consecuentemente, no ha resultado dificil demostrar el arraigo y la continuidad de estas celebraciones, en particular siguiendo la documenación municipal a través de los bandos y ordenanzas que se redactaron desde 1832 en que aparecen fechadas las primeras normas que se conservan hasta el primer tercio del siglo XX[1].
Aquellos Carnavales del Ochocientos eran todavía y en gran medida rituales primarios, en ocasiones violentos: los comportamientos desagradables obligaban a las autoridades a dictar normas para reprimirlas y a emitir bandos cada año recordando lo legislado. La burla tosca tocaba lo físico con prácticas tan arraigadas como el arrojo a los viandantes de aguas fecales y saquillos rellenos con polvos y materias fétidas. Aún a finales del siglo, la prensa de la capital publicaba esta “joya” referida a las celebraciones de Huelva[2]:
“Las fiestas del Carnaval, como todas aquellas diversiones que entra por medio el vino, y más éstas, que tienen por auxiliares la careta y el disfraz, son muy apropósito para las personas de temperamento excitable y ardiente, y sobre todo si no tienen por freno los principios de una sana educación y de una regular instrucción, y las gentes de mal vivir cometan todo tipo de desmanes...”.
Durante el último tercio del siglo XIX el Carnaval isleño experimentó una gran evolución, al mismo tiempo que comienzó a civilizarse, a refinarse: nació el Carnaval de Salón (los bailes de disfraces) y afloró el Carnaval de Teatro como espectáculo ofreciendo un espacio para la participación de agrupaciones musico-vocales bien estructuradas: Coros, Comparsas y Murgas dejaron a un lado a las arcaicas mojigangas. En esta etapa, el Carnaval se “europeíza”, le nace al amor por la música, por la belleza de los vestuarios, adora la originalidad y cultiva lo artístico de la expresión sin apartarse de lo genuino de las Carnestolendas, que es la fiesta de la Libertad.
Estos cambios se hacieron palpables ya en el año 1909 cuando el Ayuntamiento de Isla Cristina introdujo en el acostumbrado Bando de Carnaval[3] nuevas prohibiciones añadidas a las que se venían publicando desde años anteriores. Según lo anunciado quedaba prohibido lo siguiente:
Primero: el uso de todo disfraz indecoroso a los hombres que vistiendo de mujer, hagan alarde con su indumentaria y ademanes, de conceptos degradantes o contrarios a la dignidad el sexo.
Segundo: se prohíbe el uso de toda clase de armas u otros objetos que causen molestias o perjuicios al público.
Tercero: también se prohíbe arrojar aguas, harinas, cenizas o cualquier otro objeto con materias o sustancias que puedan causar molestias o daños; así como la venta de papelillos envueltos en cartuchos o en cualquier cuerpo duro.
Cuarto: queda prohibido en absoluto el uso de caretas dentro de las tabernas, cafés y establecimientos públicos, cuyos dueños serán responsables en primer término de la falta de cumplimiento de esta disposición, sin perjuicio de la en que incurra el infractor.
Quinto: se prohíben igualmente las canciones y bailes contrarios a los principios de la más severa moral.
Sexto: las comparsas y estudiantinas no podrán cantar más canciones, que las que expresamente autorice esta alcaldía, a cuyo fin los directores o encargados de aquéllas, quedan obligados a poner en conocimiento de mi autoridad por escrito y bajo firma, antes del día 21 del corriente, la letra de dichas canciones.
Lo verdaderamente novedoso de la norma radica en el punto sexto, donde se menciona por primera vez a las comparsas y estudiantinas, a sus directores, canciones y letras. Consecuencia inmediata de lo referido aparecen los primeros cancioneros impresos que se conservan: el más antiguo, de 1910, cantado por la comparsa “Los Héroes de la Campaña” y el segundo, del Carnaval de 1911, interpretado por “Los Faramallas del Día”.
En aquella altura del siglo, el Carnaval musical de Isla Cristina estaba muy consolidado. En febreo de 1911 el corresponsal isleño del periódico La Provinica enviaba una nota de prensa en la que decía: “Carnaval.- Hay mucha animación este año, viéndose ya las calles completamente invadidas de máscaras y comparsas, todas las noches. Se preparan los salones del Círculo La Unión y del Salón Victoria, para celebrar grandes bailes”.
En los primeros años del siglo aún era corriente la utilización del término “comparsa” para referirse de manera genérica a una agrupación musico-vocal, bien fuera de Carnaval o de campanilleros navideños; poco más o menos eso ocurría cuando se referían a una “estudiantina”. La documentación que hemos podido estudiar referida al Carnaval de Isla Cristina entre los años 1910 y 1936 diferencia el concepto de Coro, Comparsa, Murga y Cuarteto, sin que jamás aparezca escrito el término “chirigota”. Hay que hacer notar que la Chirigota, término propio de Cádiz, es una agrupación equivalente a la Murga del resto de Andalucía, con las diferencias propias de cada lugar y cada época. En Cádiz, la Comparsa actual nace con mucho atraso con respecto a la de Isla Cristina, pues fue en 1960 cuando el Jurado Oficial del concurso gaditado decidió excindir esta modalidad de la Chirigota debido al grado de afinación y calidad alcanzado por algunas agrupaciones, en particular por las que dirigía Paco Alba[4]. Al hilo de estas conclusiones conviene aclarar que el Carnaval de Isla Cristina nace de otra madre y transcurre por caminos distintos del gaditano; como ejemplo, a parte del propio léxico, basta recordad que en Cádiz no se celebra ni se tienen noticias del Entierro de la Sardina, celebración del Miércoles de Ceniza que tanta tradición tiene en Isla Cristina.
Sin embargo, sí existen elementos comunes a la Comparsa, la Murga y el Coro que trascienden fronteras y épocas. En todos los casos estas agrupaciones visten disfraz, se relacionan de manera directa con el contexto histórico, sus textos cantados o recitados se refieren a los hechos más notables acontecidos en su entorno y sus rasgos diferenciadores son la sátira y una manera predefinida de representación. Es un modo de expresión ligado al lenguaje popular con una vena de rebeldía y de romanticismo. Por sus letras pasean hechos y personajes conocidos hechos públicos en otros medios, destacando lo jocoso, lo insólito, procurando la hilaridad, sin dudar en mostrar lo más duro y la cruel crítica si llega el caso. La protesta de las letras es enérgica. La música que acompaña a los textos puede ser popular, original e inédita, pero siempre ajustada a códigos estrictos y regulados.
No nos detendremos en este trabajo para estudiar la evolución de las viejas agrupaciones carnavalescas de Isla Cristina hasta las formas actuales de representación: músicas, letras, indumentaria, escenografía, etc., puesto que forma parte del trabajo, parcialmente editado, que Francisco González Salgado nos ofreció hace unos años en su obra pionera “Carnaval de antaño”[5]. Sí conviene reseñar como muestra del nivel alcanzado por algunas agrupaciones de Isla Cristina la participación directa de profesionales de la música y artistas del escenario. Son destacables los casos de José Noya Frigolet, director de la Banda de Música creada en 1900 y de Francisco Cervantes de la Vega, profesor, organista de la iglesia y director de la Filarmónica Isleña fundada en 1916. Músicos instrumentistas como Benito Arroyo Márquez reforzaron la calidad musical del Carnaval con el empleo de violines, laudes, mandolinas y guitarras. El dominio de la escena teatral tampoco suponía ningún esfurezo para los carnavaleros de antaño, como ejemplo pondremos a Hilario Flores, gran letrista, que se convertiría en la década de 1920 en artista profesional y a Ramón Martínez, actor teatral que no decidió profesionalizarse. Algunos autores iletrados, no obstante, alcanzaron también gran notoriedad.
En la época que estamos tratando, la actuación de las agrupaciones en el marco de un teatro era tradicional desde el siglo XIX; no sabemos con exactitud cuando comenzó el concurso en forma de competición. En 1916 ya concursaron tres comparsas y dos murgas en el primitivo Salón Victoria. En 1923 de nuevo tenemos noticias del concurso de agrupaciones, con la participación este año del Coro “Marineros del Laya”, compuesto por cuarenta muchachos y seis muchachas. En 1928, la empresa del teatro Victoria, siguiendo la costumbre establecida anunció la celebración del concurso de agrupaciones indicando que podían “contender los pueblos comarcanos con los locales y ellos entre si”. Se fijaron dos premios; el primero consistente en el 25% de la entrada bruta y el segundo en el 15%. A la semana siguientes se ampliaba la información en la prensa, indicando que el concurso podían contener, como venía siendo costumbre, “Comparsas, Coros y Murgas”.[6] .
Los años más fértiles del Carnaval de Isla Cristina se sucedieron como consecuencia de la crisis sardinera sufrida entre 1928 y 1936. El desempleo proporcionaba el tiempo de ocio necesario y los isleños le ponían “al mal tiempo buena cara”. De manera más notable a partir de 1931, durante la II República, hasta la prohibición de 1937. Hasta el final de esta etapa se han podido constatar la participación de agrupaciones provenientes de Cádiz, Sevilla, Puerto de Santa María, Ayamonte, Lepe, Villablanca e incluso de Villa Real de San Antonio y La Fuzeta, en Portugal[7].
Como conclusión de este trabajo, añadimos a modo de aportación pionera, una relación de agrupaciones, con expresión de sus directores, letristas y músicos cuando la fuente documental lo recoge. Nos queda el convencimiento de que habrá que completar esta relación con los nuevos aportes que nos arrojen futuras investigaciones.
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN DE LAS FOTOGRAFÍAS Y DEL TEXTO, SALVO AUTORIZACIÓN EXPRESA Y SEAN CITADO AUTORES Y PROCEDENCIA
102 AGRUPACIONES MUSICALES DEL CARNAVAL DE ISLA CRISTINA (1910 -1936)
TÍTULO DE LA AGRUPACIÓN
MODALIDAD
AÑO
Los Héroes de la Campaña
Comparsa
1910
Los Faramallas del Día
Comparsa
1911
Los Niños de la Miga
1912
*
Coro de Apaches
Comparsa
1916
Los Aragoneses
Comparsa
1916
Los Bandidos
Comparsa
1916
Los Abollados
Murga
1916
Los Sablistas
Murga
1916
Coro de Trovadores
Comparsa
1917
(Título desconocido)
Sexteto
1918
Cow-boy Contrabandista
Comparsa
1918
Las Banderas Inglesa y Española
Comparsa
1918
*
Antigua España (Las Regiones Españolas)
Comparsa
1919
Los Gitanos
1920
Fantomas Zeta
Comparsa
1920
Noche y Día
Comparsa
1920
*
Bandoleros
Comparsa
1921
(Título desconocido)
Cuarteto
1921
Sotas de Oro
1922
*
El Tercio Extranjero
Comparsa
1922
Marineros del Laya
¿Coro?
1923
Estudiantina
Comparsa
1923
Las Amapolas
1923
Los Catalanes
1924
*
Los Imaginadores
1924
*
Patronos y Obreros
Murga
1925
Los Pinochos Musicales
1926
*
Los Curdas
Murga
1926
*
Los Nikolas
1926
*
Los Camareros
Murga
1927
Los Jugadores de Tenis
Comparsa
1927
*
Los Profesores
Murga
1927
*
Los Paragüeros
Murga
1927
*
Los Cesantes
Comparsa
1927
*
Los Pollos Peras
1928
Los Descubridores del Nuevo Mundo
1928
Emigrantes del Imperio Chino
1928
Los Abstemios
1928
Los Rábanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Legionarios
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Cubanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Gitanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Flits
Coro
1929
Ganaderos de Concha y Sierra
Comparsa
1929
Los Piratas
Comparsa
1929
*
Los Panaderos
Murga
1929
*
Los Zapateros Remendones
Murga
1930
*
Los Panchitos
Murga
1930
Soldados Griegos
1930
La Exposición de Sevilla
Coro
1930
Los Gitanos Cordobeses
1930
Los Barberos
Murga
1931
Los Vascos
Coro
1931
Los Gauchos
Coro
1931
Los Afeminados Flamencos
Coro
1931
Los Esclavos del Trabajo
Comparsa
1931
Aragoneses
Comparsa
1931
Los Fenicios
Murga
1931
*
Loa Traperos
Murga
1931
*
Los Negritos
Murga
1931
*
Los Japoneses
Murga
1931
*
Los Gutiérrez
Coro Mixto
1932
Los Harolds (Gafitas)
Coro
1932
Hijos del Sol
Coro
1932
El Empastre “Musical”
Coro
1932
Los Niños Llorones
Murga
1932
Los “Botones” Modernos
Murga
1932
Los Marineros ¿Puerto Santa María?
Comparsa
1932
Los Mártires de la Libertad
1932
*
Los Viajantes de la Crema Sam
Murga
1932
*
Los Negros de la Pantalla
1932
*
Los Representantes de Nestlé
Murga
1933
Los Faquires
Murga
1933
Juventud Republicana
Murga
1933
Escuela Moderna
Coro
1933
Unidad de Pollitos
1933
Guardias Montaraces
Coro
1933
Los Idealistas
Coro
1933
El Signo del Zorro
Coro
1933
Los Lilas del “Yo-yo”
1933
Turistas Ingleses
1933
Tuna Cubana
1933
Las Avispas
1934
Los Pocholos
Murga
1934
Los Botones Americanos
Coro
1934
Murga Moderna
¿Murga?
1934
Camareros Neoyorquinos
Coro
1934
Los Huérfanos de Asturias
1935
Coro de Boy
Comparsa
1935
Los Caprichosos
Murga
1935
Los Viajantes
1935
Los Practicantes
1935
Los Cosacos
Coro
1935
Los Marinos Yanquis
Murga
1935
*
Los Tontos
Murga
1935
*
Los Niños de la Escuela
Grupo Infantil
1935
*
Los Argentinos
Coro
1936
Los Representantes de El Metrol
Coro
1936
Los Castizos Sevillanos
¿Coro?
1936
Los Pichis
Murga
1936
Los Chulillos Gaditanos
Coro
1936
Los Caricatos Flamencos
Murga
1936
TÍTULO DE LA AGRUPACIÓN
MODALIDAD
AÑO
Los Héroes de la Campaña
Comparsa
1910
Los Faramallas del Día
Comparsa
1911
Los Niños de la Miga
1912
*
Coro de Apaches
Comparsa
1916
Los Aragoneses
Comparsa
1916
Los Bandidos
Comparsa
1916
Los Abollados
Murga
1916
Los Sablistas
Murga
1916
Coro de Trovadores
Comparsa
1917
(Título desconocido)
Sexteto
1918
Cow-boy Contrabandista
Comparsa
1918
Las Banderas Inglesa y Española
Comparsa
1918
*
Antigua España (Las Regiones Españolas)
Comparsa
1919
Los Gitanos
1920
Fantomas Zeta
Comparsa
1920
Noche y Día
Comparsa
1920
*
Bandoleros
Comparsa
1921
(Título desconocido)
Cuarteto
1921
Sotas de Oro
1922
*
El Tercio Extranjero
Comparsa
1922
Marineros del Laya
¿Coro?
1923
Estudiantina
Comparsa
1923
Las Amapolas
1923
Los Catalanes
1924
*
Los Imaginadores
1924
*
Patronos y Obreros
Murga
1925
Los Pinochos Musicales
1926
*
Los Curdas
Murga
1926
*
Los Nikolas
1926
*
Los Camareros
Murga
1927
Los Jugadores de Tenis
Comparsa
1927
*
Los Profesores
Murga
1927
*
Los Paragüeros
Murga
1927
*
Los Cesantes
Comparsa
1927
*
Los Pollos Peras
1928
Los Descubridores del Nuevo Mundo
1928
Emigrantes del Imperio Chino
1928
Los Abstemios
1928
Los Rábanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Legionarios
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Cubanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Gitanos
Agrupación de calle, fuera de concurso
1928
Los Flits
Coro
1929
Ganaderos de Concha y Sierra
Comparsa
1929
Los Piratas
Comparsa
1929
*
Los Panaderos
Murga
1929
*
Los Zapateros Remendones
Murga
1930
*
Los Panchitos
Murga
1930
Soldados Griegos
1930
La Exposición de Sevilla
Coro
1930
Los Gitanos Cordobeses
1930
Los Barberos
Murga
1931
Los Vascos
Coro
1931
Los Gauchos
Coro
1931
Los Afeminados Flamencos
Coro
1931
Los Esclavos del Trabajo
Comparsa
1931
Aragoneses
Comparsa
1931
Los Fenicios
Murga
1931
*
Loa Traperos
Murga
1931
*
Los Negritos
Murga
1931
*
Los Japoneses
Murga
1931
*
Los Gutiérrez
Coro Mixto
1932
Los Harolds (Gafitas)
Coro
1932
Hijos del Sol
Coro
1932
El Empastre “Musical”
Coro
1932
Los Niños Llorones
Murga
1932
Los “Botones” Modernos
Murga
1932
Los Marineros ¿Puerto Santa María?
Comparsa
1932
Los Mártires de la Libertad
1932
*
Los Viajantes de la Crema Sam
Murga
1932
*
Los Negros de la Pantalla
1932
*
Los Representantes de Nestlé
Murga
1933
Los Faquires
Murga
1933
Juventud Republicana
Murga
1933
Escuela Moderna
Coro
1933
Unidad de Pollitos
1933
Guardias Montaraces
Coro
1933
Los Idealistas
Coro
1933
El Signo del Zorro
Coro
1933
Los Lilas del “Yo-yo”
1933
Turistas Ingleses
1933
Tuna Cubana
1933
Las Avispas
1934
Los Pocholos
Murga
1934
Los Botones Americanos
Coro
1934
Murga Moderna
¿Murga?
1934
Camareros Neoyorquinos
Coro
1934
Los Huérfanos de Asturias
1935
Coro de Boy
Comparsa
1935
Los Caprichosos
Murga
1935
Los Viajantes
1935
Los Practicantes
1935
Los Cosacos
Coro
1935
Los Marinos Yanquis
Murga
1935
*
Los Tontos
Murga
1935
*
Los Niños de la Escuela
Grupo Infantil
1935
*
Los Argentinos
Coro
1936
Los Representantes de El Metrol
Coro
1936
Los Castizos Sevillanos
¿Coro?
1936
Los Pichis
Murga
1936
Los Chulillos Gaditanos
Coro
1936
Los Caricatos Flamencos
Murga
1936
FUENTES: Archivo Municipal de Isla Cristina – Cancioneros Leg. 719 y Fondo Polo: Cancioneros, Periódicos La Higuerita, Argos, El Atlántico y el Alcatraz. Las agrupaciones señaladas con un asterisco provienen del libro “Carnavales de Isla Cristina”, de José Biedma Viso. Las fuentes no son citadas por el autor.
Notas:
[1] LÓPEZ MÁRQUEZ, Vicente; “El Carnaval de Isla Cristina en el siglo XIX”, en el periódico La Higuerita del 1 de enero de 1999.
[2] Periódico La Provincia del 28 de febrero de 1895.
[3] AMIC, legajos 46 al 55 y 719 al 722.
[4] CUADRADO, Ubaldo y BARBOSA, Felipe; El Carnaval de Cádiz. Origen y evolución: Siglos XVI-XIX”; de. Publicaciones del Sur; Cádiz, 1999.
[5] GONZÁLEZ SALGADO, Francisco; Libreto y Grabación sonora titulada “Carnaval de Antaño – Antología del Carnaval de Isla Cristina (1922-1936)”; Isla Cristina, 2000.
[6] Semanario La Higuerita, números publicados entre el 23 de enero de 1928 y el 20 de febreo siguiente.
[7] La presencia masiva de temporeros portugueses en Andalucía occidental durante el último tercio del siglo XIX pudo provocar la importación de las costumbres carnavalescas en el Algarve.
[1] LÓPEZ MÁRQUEZ, Vicente; “El Carnaval de Isla Cristina en el siglo XIX”, en el periódico La Higuerita del 1 de enero de 1999.
[2] Periódico La Provincia del 28 de febrero de 1895.
[3] AMIC, legajos 46 al 55 y 719 al 722.
[4] CUADRADO, Ubaldo y BARBOSA, Felipe; El Carnaval de Cádiz. Origen y evolución: Siglos XVI-XIX”; de. Publicaciones del Sur; Cádiz, 1999.
[5] GONZÁLEZ SALGADO, Francisco; Libreto y Grabación sonora titulada “Carnaval de Antaño – Antología del Carnaval de Isla Cristina (1922-1936)”; Isla Cristina, 2000.
[6] Semanario La Higuerita, números publicados entre el 23 de enero de 1928 y el 20 de febreo siguiente.
[7] La presencia masiva de temporeros portugueses en Andalucía occidental durante el último tercio del siglo XIX pudo provocar la importación de las costumbres carnavalescas en el Algarve.
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